Minimalismo, un recurso contra la indignidad.
¿Cómo he llegado a esta
reflexión?
Como siempre, observando la
realidad y buscando el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
Para mi reflexión necesito
entrar en los antecedentes:
100 Montaditos y La Sureña. ¿Qué esconde el montadito?: estafas, abusos y represión antisindicalPublicado el 22 de Octubre de 2012Fuente: Entrevista realizada en Sevilla, Octubre 2012Entrevista realizada por Francisco Manuel Carballo Rodriguez
http://www.meneame.net/b/1743255
En dos locales de “100 Montaditos” y “La Sureña” en Castilleja de la Cuesta (Sevilla) el empresario comete todo tipo de tropelías contra los trabajadores. Les obliga a jornadas de hasta doce horas y les conmina a estar siempre preparados, en sus horas y días de descanso, a acudir a trabajar en cuanto les llame. Les roba parte de la nómina. Contrata a trabajadores dos semanas “de prueba” sin salario ni alta, para despedirles al final del período “de prueba” y sustituirles por otros dos trabajadores gratuitos. Ante los abusos, un trabajador acude a CCOO y, aconsejado por el sindicato, convoca elecciones sindicales. Desde entonces se desencadena una sucesión de amenazas y represalias para eliminar a los candidatos y a quienes les apoyan.
Esta es una más de las
noticias que aparecen constantemente en los medios…
Ésta en concreto es de una
web sindical de denuncia de abusos patronales.
Es común a la economía
precaria como últimamente adjetivo… Este ejemplo me servirá como modelo
para mi reflexión.
Para verlo más grande, pincha en la fotografía |
Este esquema está basado en
la observación de negocio de muchas de estas empresas, su nicho de clientes, en
su mayoría gente muy joven con poco poder adquisitivo, grandes dosis de ánimo
consumista y gregario que se reúnen por miles por los más variopintos motivos a
celebrar eventos y reuniones y precisan de unas bebidas y un “picoteo” barato.
No tienen trabajo ni otras
ocupaciones que no sea su interrelación por medio de los teléfonos móviles para
sus “quedadas”.
Se comportan como eternos
seres infantiles donde el único objeto es la socialización entre iguales de la “fiesta
del consumo de chuches” que en este caso ya es más grave, pues entra en el
escenario la comida menos equilibrada y el consumo de alcohol desmesurado y
otras substancias perniciosas.
No piensan en el no-futuro que
tienen por delante ni se ocupan ni se preocupan por la sociedad…
Claro que estoy generalizando,
no todos los jóvenes se comportan de ese modo, pero si el número suficiente
para generar enormes plusvalías y un enorme problema de futuro.
Como mantenerse en esta
estadio temporal a veces no llegan con la escasa paga de sus padres, gracias a
que viven en la casa paterna, sin gastos de energía ni de alquileres, su exigua
paga paterna la complementan con un miserable trabajo en una de estas empresas,
cayendo prisioneros de su consumismo y aguantando vejaciones constantes en un
mal trabajo que nada les reporta a ellos ni a la sociedad…
Pues ese trabajo de muy poca
duración en contrato y de un salario raquítico no les sería posible realizarlo
teniendo que costearse la vivienda con todos los gastos añadidos y además el
gasto de las tecnologías de consumo habituales en ellos…
Al estar subsidiados por los
padres, se pueden permitir la exigua paga en detrimento del mercado de trabajo
que se precariza sin remedio al nutrirse de ese mismo nicho de personas, siendo
el único ganador el empresario que obtiene sustanciosas plusvalías.
Un mercado de trabajo que por
su alta rotación, solo tiene eternos aprendices sin profesionalidad es un
negocio que no aporta valor añadido.
Siendo los efectos
colaterales, la insuficiente aportación a la seguridad social del trabajador en
cantidad y tiempo con lo que tendrá efectos desastrosos en su hipotética
jubilación, además de no crearse un mercado de trabajo sostenible y de calidad
que reporte futuro a la sociedad.
Y todo por qué…
Por estar viviendo en el
consumismo desaforado de cosas sin substancia, se cae en la indignidad de un trabajo
mal pagado, mal tratado y sin futuro.
Aquí es cuando creo que el
minimalismo puede ser un recurso contra la indignidad humana.
Dice Omar Carreño, uno de mis amigos minimalistas que
es Minimalista porque desde hace un tiempo he aprendido que vivir con menos es
mejor, que mi único y verdadero objetivo es buscar la felicidad; y creo
fervientemente que el Minimalismo, la idea de vivir con menos cosas, alejarme
del consumismo y enfocarme en lo importante es el camino idóneo.
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